domingo, 6 de abril de 2008

La Pequeña niña pierde su inocencia



¡Padre!... ¿de color es el cielo?
EL Padre: azul niña
Y ella bailo en un ir y venir
Comiendo de la mano de su creador
Obedeciendo hasta la incredulidad
Aprendiendo a ignorar, lo que las mismas enseñanzas ignoraban
La tierra ya había dejado de ser plana
Pero ella seguía creyendo, creyendo
Bebieron de ella
Armaron encerronas de túnicas largas y faldas
Eran los intocables de la época
Mi herejía, la bella dama que conocería me llevaría
De hecho a la fogata
Pero ellos no saben que de fuego me alimento
De ahí renació este sentimiento por la verdad
OH niña, nacimos para morir
Moriremos para seguir muriendo
Hasta llegar al origen

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